23 ago 2012

De Champiñones y Ligas Europeas

Se me hace un poco difícil hablar como si escribiera artículos de opinión como algún otro conocido masterizado que tengo la suerte de leer semanalmente, pero la dejadez del periodo estival junto con la resaca de anoche me hace pensar lo siguiente.

El equipo de fútbol, y de élite, de la ciudad costasoleña tuvo ayer un papel más allá de lo futbolístico a mi parecer. Un triunfo sonado, más si cabe cuando lo disfrutas en vivo, en directo, y con Malaka Hinchas retumbando (todavía no desde la tumba, pero quién sabe si el jeque se las pira como parece y deja tirada a una afición que no descansará). Un 2-0 a un equipo entrenado por un líder cuestionado desde la afición malaguista. Una victoria que deja (casi) finiquitado el pase a una liga diferente (esperemos a ver el ambiente y terminación en el Spyros Louis ateniense). 

Una liga europea. La misma Europa que dice que tiremos por este sendero de reformas/recortes #llámalocomoquieras, algún rescate (¿más bien abordaje?). Si el deporte, dicen, que es el consuelo al estado económico vivido y viviente, me parece genial que el Málaga C.F. siga su senda en la Liga de Campeones. Llegará más o menos lejos en la competición, pero se hace historia. O eso dicen. Hacer Historia no es tan complicado, a mi parecer, lo difícil es ser bien recordado en la misma.

La misma historia de siempre, con lo de la reconstrucción del Caminito del Rey. Tuve la oportunidad de recorrerlo cuando era un enano y hace tiempo que vengo escuchando lo mismo. Que lo haga, sí, pero que nuestro orgulloso y satisfecho monarca no lo recorra. No queramos que se hable, más todavía, de la familia Real en programas del corazón (corazón como famoseo, no como cardiología que de esto ya tenemos bastante experiencia).

Por tanto, que el fútbol le gane la partida a los tejemanejes de los mercados, la prima de riesgo y el riesgo de que el primo se caiga por tierras aloreñas y ardaleñas. Aunque alguno que se lo merezca podría desfilar por los Gaitanes (sin gaita y sin falda, pero con los ojos cerrados y a gatas).

He dicho.

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